lunes, 7 de julio de 2014

Carta a Eduardo Zepeda y su reiteración del eterno femenino, un caso de Campus Party, Zapopan.


#campusparty #misoginia #sexismo

El presente texto es una carta dirigida al ponente de la conferencia ¨
Hackeando al sexo femenino" del Campus Party 2014 (CPMX5).
 
Una grabación de ésta charla se encuentra en el link: https://www.youtube.com/watch?v=OJy3XtThOJc


 Tomo el atrevimiento de escribirte después de la distracción y revoloteo que me ha ocasionado ver tu conferencia en el reciente evento de Campus Party así como las noticias y sobre todo los comentarios alrededor de esta situación. Pensé la manera de insertarme en la necesaria discusión que tus polémicas palabras están desencadenando y me pareció más certero establecer un diálogo directo contigo, dado que al colocar tu información de contacto estás invitando a ello.
La intención de mi carta es expresarte mi sentir respecto al desacuerdo total que tu plática me ha despertado, como un reflejo lamentable de nuestro presente clasista, heteronormativo, misógino, sexista, cargado de prejuicios y estereotipos, donde la diversidad es un territorio desconocido. Así que inicio en un sentido cronológico de los aproximados cuarenta minutos que a mi parecer están plagados de una discriminación explícita que intentas rescatar con un paternalismo del tipo “claro que no todas, siempre hay excepciones”, “no busco ofender”, “sí te queda el saco, póntelo”.
Primero, tu referencia al “no TAN ético” (pero que para ti termina conservando cierto grado de ética) método para ligar de los “nacos-pusilánimes” entre los cuales haces una instanciación particular en albañiles y conductores de microbús. La manera satírica con la cual describes tú representación de una clase social es violenta y altamente discriminatoria. Condenas que únicamente estas personas nos tratan de esa manera, los llamas pusilánimes y nacos, y me pregunto ¿qué manera para referirse a la gente es esa? ¿Piensas que sólo ellos nos tratan así? ¿Los “otros hombres” no nos hostigan, no se pueden dirigir a nosotros con vulgaridades? ¿Los hombres de otros estratos sociales son “más finos”? ¿Has conocido a todos como para dar esta aseveración contundente? ¿Te parece que el vocabulario con el cual describes este entorno es apropiado, tanto para ellos como para el supuesto “abordaje” que tienen hacia nosotras?
Después, “les voy a decir qué es lo que les gusta a las mujeres”. ¿Somos un grupo de personas tan poco diverso que tu generalidad puede aplicarse a cada una de nosotras sin grados de falibilidad? ¿Tu analogía mecanicista del hackeo es una regla mágica que nos hace completamente equiparables con el software de una máquina? ¿Los grados de extrapolación que expresas son compatibles para todo? Vale la pena notar que la humanidad, para este caso en especial, las mujeres, somos un grupo diverso (distinciones de clase, historias de vida, edad, religiones, preferencia sexual, lugar que habitamos, formación que recibimos, etc.).
Es aquí que pasas al punto de discernir la “lógica femenina”, la cual fundamentas en que las mujeres tenemos un bajo autoestima y con una constantemente referencia al “objetivo ideal” de los hombres, enviándonos a la banca de la pasividad donde lo único necesario es esperar, bonitas, sonrientes, incomprensibles pero inteligentes, al hombre perfecto que hace todo lo posible por conquistarnos. ¿Acaso nosotras no podemos tomar ventaja y también acercarnos a ustedes? ¿Crees que ésta sea la única vía para encontrar pareja, una postura activa del hombre versus la mujer pasiva esperándolo? ¿En tu manera de pensar cabe que los hombres pueden gustarse y amarse entre ellos, que las mujeres pueden amarse y gustarse también entre nosotras? De ser así ¿aplica el mismo hackeo para estas últimas relaciones?
Me parece que tanto tu idea de las relaciones como del amor apela a las normas anticuadas heteropatriarcales y románticas donde sólo somos princesas esperando al príncipe que mate al dragón para rescatarnos del encierro. Para mí, el amor es una relación que se va construyendo, que pasa por etapas, negociaciones, buenos y malos ratos, pero en la cual siempre prevalece el respeto hacia el-la otrx; no sólo he amado a algunas de mis parejas, amo a mi familia, mis amigxs. Y sobre todo, el amor no es para siempre y el que se termine no es el fin del mundo, sino el reconocimiento de nuestro cambio a través de la vida. “Pégame, pero no me dejes” ¿has conocido a un grupo suficiente de mujeres para creer que todas somos masoquistas conscientes del maltrato? ¿Has pensado en la vulnerabilidad real que una mujer sufre cuando ha pasado por hechos de violencia a lo largo de su vida? Desacreditas a los amores pasajeros como convivencias que no valen la pena por el hecho de no ser “para siempre”, ¿qué algo sea eterno significa que es mejor? ¿No podemos darnos la oportunidad, cuando la hay, de convivir al máximo con una persona que por circunstancias externas no podremos volver a ver, eso demerita el encuentro? ¿Todo tiene que ser por el cliché de amor romántico o no será?
Si las actividades de los chicos son siempre chidas, “al final, ¿qué nos queda a las nenas?” ¿Aceptar por compasión a alguien por el simple hecho de habernos tratado bien? ¿Siempre, cuando alguien se porta chido con nosotras, el camino final es que terminaremos amándolo? ¿Se nos impide la posibilidad de negarnos y cuando lo hacemos es porque somos unas estiradas? Decir “no, gracias” es también una opción y eso no implica para nada que te esté violentando, despreciando o desvalorando, sino que tengo la franqueza para decirte que no me interesas y que todos tenemos que aprender a lidiar con el rechazo. Si alguien nos dice y si decimos que no es completamente válido. “Si ella no quiere, tomar medidas drásticas”, ¿enserio el ego es tan grande para no aceptar los no en la vida? ¿Es a la fuerza sólo porque se han portado bien con nosotras? ¿Te das cuenta de la violencia inconsciente que este comentario involucra?
No a todas nos gustan las flores, peluches ni todas morimos por comprar zapatos y ropa y quiénes gustan de ello están en todo su derecho (hombres y mujeres, porque he pasado ratos agradables con amigos o parejas hombres que disfrutan también de comprar ropa). ¿Los hombres no lloran o es un prejuicio social que implica debilidad? ¿Llorar es algo malo que sólo hacemos las mujeres? Además, Nos pueden gustar otras cosas, como los deportes, la lectura, la comida grasosa, la pornografía, emborracharnos, el sexo, tomar la iniciativa cuando alguien nos llama la atención, etc. Esta parte de tu charla me remontó a un episodio de la obra “El eterno femenino” de Rosario Castellanos. Me hubiera encantado que fueras el sarcasmo y la sátira de un lugar común del estereotipo de la mujer mexicana narrado en esta pieza de los años setenta, pero no, fuiste una charla seria y real de una conferencia en el 2014.
En particular, cuando haces un paréntesis para describir el acto sexual me parece desagradable y de pésimo gusto. Recurres a alegorías etológicas superficiales donde nosotras “gemimos como ratón al final” y “los cerdos se echan sobre la hembra después del acto”, como si la única manera de vivir nuestra sexualidad como humanxs fuera bioligicista y coitocéntrica, eclipsas el gran abanico de prácticas eróticas que dependiendo de cada gusto cada quien pueda elegir a un mero episodio hollywoodense.
La humanidad, no sólo nosotras, puede pasar por momentos de vulnerabilidad en los cuales no sepamos qué queremos. No es un determinante femenino que venga codificado de manera biológica en unas instrucciones para ser mujer que se desplieguen en el tiempo, el género es una construcción social y al mismo tiempo es un espacio histórico contingente de emergencia entre nuestro ser biológico y nuestro ser cultural. No comenzamos como una pequeña matrushka mujer y después sólo seguimos el camino de nuestro destino, esto es un proceso constructivo. Tampoco requerimos que alguien más asuma la gigantesca y apabullante responsabilidad de “hacernos felices”. Yo soy responsable de ello y que el convivir con ciertas personas me llene más de energía o de placer es una cosa distinta. No soy responsable de la felicidad de otras personas ni ellas de la mía, pero claro que el colectivo está involucrado en las emociones y la construcción de relaciones afectivas.
Un paseo por el vocabulario somero es un indicador de lo que realmente pensamos, frases como “será explicado de una manera más fácil de entender (hasta por las mujeres)” indica que por alguna razón que demerita nosotras no estamos comprendiendo; “saber cómo atacar”, ¿atacar, acaso se trata de una lucha de poder donde soy una presa en la pradera esperando a que me atrape como presa el macho alfa salvaje o del intento por construir una relación”?, ¿sólo nos gustan los machos alfa? ¿No nos puede gustar otro tipo de masculinidad no estereotipada? ¿La diversidad de hombres se ve cubierta por la etiqueta de macho alfa? ¿Todos quieren y tienen que ser machos alfa? ¿No nos pueden gustar mujeres? ¿Nos puede no gustar alguien? “Las mujeres (con autoestima alta), por su propia naturaleza se dan su taco y te minimizan y te hacen sentir más feo de lo normal” ¿tenemos una naturaleza femenina esencial que se dispara automáticamente cuando se nos acercan y siempre los tratamos con alevosía porque nos causa placer despreciarlos? ¿No es una cuestión de personalidad, independiente del género, el que alguien se haga o no interesante para la o el otrx?
Quiero pensar que el escenario donde hablaste es un lugar serio y profesional. Como tal hay que tomarse la molestia de respetar también a la gramática de las oraciones mostradas, como la acentuación y los signos de puntuación. También me agrada pensar en la posibilidad de que puedas asumir la responsabilidad de tus palabras, aunado al papel que los logos de CONACyT e INFOTEC en tus plantillas puedan asumir. En general tu discurso involucró un sentido de la ética que no comprendo en absoluto. Invitas a ser un macho alfa pero sin ser patán ¿qué implica esa frase? Honestamente tampoco la entiendo. Me retiro de mis extensas, posiblemente molestas, pero liberadoras palabras con la parte final de “Meditación en el Umbral” de Rosario Castellanos: Debe de haber otro modo de ser humano y libre. Otro modo de ser.

Atentamente,
Humana, mujer, estudiante, profesora, hija, hermana, amiga, utópica, izquierdista, feminista…